Dentro de la categoría de la discapacidad sensorial, encontramos la discapacidad visual, la discapacidad auditiva y otros tipos de discapacidades relacionadas con disminución de algunos de los sentidos.
DISCAPACIDAD VISUAL
La discapacidad visual es la carencia, deficiencia o disminución de la visión. Para muchas personas la palabra ciego significa carencia total de la visión, sin embargo la discapacidad visual se puede dividir en:
- Ciegos: son aquellos sujetos que tienen sólo percepción de luz, sin proyección, o aquellos que carecen totalmente de visión. Desde el punto de vista educativo, ciego es aquel que aprende sistema Braille y no puede utilizar su visión para adquirir ningún conocimiento, aunque la percepción de la luz pueda ayudarle para sus movimientos y orientación.
- Ciegos parciales: son aquellos sujetos que mantienen unas posibilidades visuales mayores, tales como capacidad de percepción de la luz, percepción de bultos y contornos, algunos matices de color, etc.
- Personas con baja visión: son los que mantienen un resto visual que les permite ver objetos a pocos centímetros. A estos no se les debe llamar nunca ciegos ni se les debe educar como tales, aunque tengan que aprender procedimientos “táctiles” para aumentar sus conocimientos.
- Limitados visuales: son los que precisan, debido a sus dificultades para aprender, una iluminación o una presentación de objetos y materiales más adecuadas, utilizando lentes, aumentando la iluminación, etc.
DISCAPACIDAD AUDITIVA
La sordera en cuanto deficiencia, se refiere a la pérdida o anormalidad de una función anatómica y/o fisiológica del sistema auditivo, y tiene su consecuencia inmediata en una discapacidad para oír, lo que implica un déficit en el acceso al lenguaje oral.
Partiendo de que la audición es la vía principal a través de la que se desarrolla el lenguaje y el habla, debemos tener presente que cualquier trastorno en la percepción auditiva del niño, a edades tempranas, va a afectar a su desarrollo lingüístico y comunicativo, a sus procesos cognitivos y, consecuentemente, a su posterior integración escolar, social y laboral (FIAPAS, 1990).
Dependiendo del momento de aparición, del tipo y del grado de las mismas las perdidas auditivas pueden ser:
Según el momento de adquisición
- Sordera prelocutiva: la pérdida auditiva está presente antes de que se haya desarrollado el lenguaje.
- Sordera postlocutiva: la pérdida auditiva aparece cuando ya existe lenguaje.
Según la localización de la lesión
- De conducción o de transmisión: presentan alteraciones en la transmisión del sonido a través del oído externo y medio.
- De percepción o neurosensorial: son debida a lesiones en el oído interno o en la vía nerviosa auditiva.
- Mixta, la causa es conductiva y de percepción.
Según el grado de pérdida auditiva
- Pérdidas leves: el umbral de audición está situado entre (20 y 40 dB)
- Pérdidas medias: la pérdida auditiva se encuentra entre (41 y 70 dB)
- Pérdidas severas: la pérdida auditiva se sitúa entre los (71 y 90 dB)
- Pérdidas profundas: en este caso la pérdida auditiva supera los 90 dB y se sitúa entre (91-100 dB)
(Clasificación del Bureau Internacional de Audiofonología -BIAP-)
Dependiendo del momento de aparición de la pérdida auditiva, del tipo y el grado de la misma, las consecuencias que tiene la sordera sobre el desarrollo comunicativo y lingüístico de la persona varían y condicionarán la orientación y el tratamiento audioprotésico y rehabilitador, que será necesario aplicar en cada caso para que la persona con discapacidad auditiva pueda desarrollar con mayor facilidad y de manera más natural todas sus capacidades y habilidades cognitivas, comunicativas y lingüísticas, y acceder a mejores opciones vocacionales y laborales.