Seis meses. Ese ha sido el tiempo que ha pasado desde que nos preguntamos “¿cómo podríamos enseñar a los museos a ser accesibles para personas con discapacidad?”. Finalmente, el día 26 de noviembre, lo hicimos.
Listas interminables de contactos, horas y horas de llamadas telefónicas, reuniones semanales, centenares de diseños, planes de difusión y correos electrónicos. La Jornada de Museos Accesibles (MUSEAC) lleva meses convirtiéndose en el tema estrella de los desayunos en el Centro Español del Subtitulado y la Audiodescripción (CESyA). Y podemos afirmar con orgullo que todas las horas de trabajo y el desvelo de la noche de antes, han valido la pena.
Conseguimos llenar el aforo en la Casa de América, en salas que contaban con bucle magnético, folletos en braille e intérpretes de lengua de signos. Más de 70 profesionales de los museos y los centros expositivos de nuestro país, compartieron espacio y reflexiones con los representantes del movimiento asociativo en torno a la discapacidad. Del mismo modo, los expertos tecnológicos y jurídicos en materia de accesibilidad estuvieron disponibles para ofrecer toda la información necesaria sobre nuestro contexto actual.
El apoyo de las instituciones también ha sido manifiesto e indiscutible. Sin el apoyo de los organismos profundamente implicados con la igualdad y la inclusión social, la jornada MUSEAC jamás habría logrado semejante impacto. Entre estos organizadores, encontramos a aquellos cuyos representantes dieron la bienvenida a los asistentes: Ana Isabel Lima Fernández, secretaria general del Real Patronato sobre Discapacidad y secretaria de Estado de Servicios Sociales; el Almirante Juan Rodríguez Garat, director del Instituto de Historia y Cultura Naval y del Museo Naval; Fernando López Martínez, vicerrector adjunto de Relaciones Institucionales y Desarrollo Sostenible de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M); Paloma Domingo García, directora general de la Fundación Española de la Ciencia y la Tecnología (FECYT); y Luis Cayo Pérez Bueno, presidente del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI).
“Ahora mismo estamos llevando a cabo reformas en el Museo Naval, siguiendo los consejos del Real Patronato sobre Discapacidad y el CESyA”, nos comenta el Almirante Juan Rodríguez Garat. ”Ha sido trabajoso, porque el museo está en un edificio de 120 años de edad (...), pero queremos mejorarlo y facilitar el acceso a las personas con discapacidad para que ellas también puedan conocer y disfrutar nuestra historia”.
“Este tipo de jornadas son fundamentales porque propician un encuentro entre profesionales, administraciones públicas, empresas, personas con discapacidad que representan a la sociedad civil, la parte más académica y científica, y las organizaciones que llevan años tratando estos temas”, añade Ana Isabel Lima.
Tras esta calurosa bienvenida a los asistentes y a los medios de comunicación, comienza el plato fuerte de la jornada: una mesa redonda sobre accesibilidad museística, moderada por la consejera técnica del Real Patronato sobre Discapacidad, María Teresa Fernández Campillo. La mesa contó de nuevo con la intervención de Paloma Domingo García, junto con Xián Rodríguez Fernández, representante del Museo Naval; Marta García-Muñoz, representante de Mobile Guides for All (GVAM); Elena Muñoz Salinero, jefa de Área de Sistemas Telemáticos en la Secretaría General de Administración Digital del Ministerio de Política Territorial y Función Pública y, por supuesto, nuestra directora gerente en el CESyA, Belén Ruiz Mezcua.
¿Cómo se deben actualizar las etiquetas de los bucles magnéticos? ¿De qué modo se puede diseñar una guía en lectura fácil sin dejar de ser rigurosa? ¿Qué posición deben tener los subtítulos en las pantallas de las exposiciones? ¿Por qué las páginas web de los museos han de ser asequibles para los lectores de pantalla? ¿Por qué tener una rampa para silla de ruedas es inútil si luego no hay ascensor?
Todas estas preguntas fueron respondidas con rigor y precisión. Y no solo eso, sino que se informó de una urgente realidad de la que no todos los museos eran conscientes: las medidas de accesibilidad no son opcionales, sino obligatorias por la ley.
“En España, todas estas obligaciones vienen determinadas por el Real Decreto 1112/2018, de 7 de septiembre, sobre accesibilidad de los sitios web y aplicaciones para dispositivos móviles del sector público, por el cual se adapta la directiva del Parlamento Europeo y del Consejo”, nos explica Elena Muñoz Salinero. “La accesibilidad no es una opción, sino una obligación y una necesidad”.
Los asistentes tuvieron tiempo de asimilar todos estos datos durante una distendida pausa de café y networking, justo antes de pasar a las dinámicas de inmersión. Como la mejor forma de entender algo es vivirlo en primera persona, nuestros visitantes se enfrentaron a dos visitas muy especiales en el espacio de la Casa de América. En la primera, organizada por el CESyA, el público sintió cómo es ser una persona sorda que tiene que atender a un guía. Durante la segunda, de GVAM, se cegó a los asistentes con antifaces y se les llevó por un simulacro de exposición pictórica. Esto les permitió, no solo ponerse en los zapatos del otro, sino descubrir la verdadera utilidad de los dispositivos y la tecnología.
“El CESyA destaca, no solo por el trabajo que hace, sino por el cómo lo hace”, afirma María Teresa Fernández Campillo. “Esta jornada se puede distinguir de otras relacionadas con la discapacidad, por la combinación entre el alto nivel de las intervenciones, que no se quedan en declaraciones programáticas o en deseos, sino que se baja a la realidad con mucho rigor científico y técnico. (...) En un clima de empatía que hace que todo fluya mejor”.
El broche de oro lo dio el debate final, en el que todo el mundo fue libre de compartir su situación, sus ideas y sus consejos. Una de las asistentes reconoció: “Creía que mi museo era accesible solo por tener rampa, pero me equivocaba. Gracias a vosotros me he dado cuenta de que aún queda mucho que hacer. (...) Que hay muchas discapacidades, mucha diversidad... Y que en la próxima reunión que tengamos en mi museo, acudiré a presentar todo lo que he aprendido aquí”.
Y por eso, aunque fuera solo por eso, el esfuerzo ha valido la pena.
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